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domingo, 28 de octubre de 2007

Entrevista a Ángel Idígoras


He aprovechado esta foto para daros a conocer mas caras. De izquierda a derecha : Mi hermana Montse Ogalla, Ángel Idígoras, el malabarista Othman y el presidente de la asociación Avoy Juan Carmona. La entrevista corrió a cargo de Jonatan Sánchez y un servidor. Fue publicada en la revista En Viñetas en 2005. Espero que la disfruteis.

ENTREVISTA A ÁNGEL IDÍGORAS

En un bonito café del paseo de Reding de Málaga, nos encontramos entrevistando a Idígoras.

Ángel es un artista. Dibuja, hace magia, compone letras y canciones y toma cafés a razón de tres por hora...

Se hace llamar así mismo ”El Ogro del corazón de granito”.

Esperamos, antes de empezar, a que disuelva el azúcar en su café con la cucharilla, la cual saborea antes de posarla en el plato. La camarera pone buena música y empezamos.

En Viñetas - ¿Desde cuando dibujas?

Ángel Idígoras - Dibujo desde que tengo noción de que existo. Pero solo empecé a cobrar por ello desde el ´85.

E.V. - En cuanto a lo de componer música. ¿Cómo es que te ha dado por eso ahora?

A.I. - ¡No me ha dado por componer ahora! Ahora lo que hago es poner letras a la música que ya tenía hecha.

E.V.Entonces, ¿haces música desde que dibujas?

A.I. - No, no. En la música empecé muy tarde. A los dieciséis años o así. Primero tocaba la guitarra y después cuando llegó un piano a casa, me puse a chapurrearlo y le fui cogiendo el rollo. Es muy divertido tocar.

E.V. – Aparte de los dibujos humorísticos que haces para los periódicos y tu comic de El Mundo, ¿Has hecho alguna historia larga, un libro o algo por el estilo?

A.I. – Pues sí. He escrito algunos libros. Por ejemplo: Historia de la magia, las aventuras de 51 magos y un fakir de Cuenca, etc. Y varios libros para niños. También he escrito y dibujado en otros libros. De hecho lo de los periódicos es lo que menos me llena, de lo que se puede hacer con dibujos. Además espero dedicarme más a la literatura infantil en un futuro.

E.V. - ¿Qué quieres ser de mayor?

A.I. – Pues yo de mayor, realmente, quiero ser domador de pulgas.

E.V. - ¿Por qué trabajas tanto para los niños?

A.I. – Por que……ehhh……eso no lo sé. Pero me voy a inventar algo. Los mayores es que están muy maleados. Los mayores tienen muchas tonterías en la cabeza. Los niños son más sinceros y le dan importancia a las cosas importantes. Y porque hay mucha diferencia entre pensar un chiste sobre Bush, Zapatero o Rajoy, a utilizar las neuronas en los peques y su mundo fascinante de hadas, dragones, ogros, etc.

En los periódicos el punto de partida ya te lo dan las noticias, que normalmente son un desastre todas, y en la literatura infantil, por ejemplo, no tienes punto de partida, tú creas inicio, nudo y desenlace.

E.V. – ¿En qué trabajas ahora?

A.I. – Estoy haciendo lo de siempre, trabajo en los periódicos y también en tres libros. Uno de globoflexia y otro de magia para niños, y el primero que se va a editar, se llama “Telepatía para niños”.

Estos libros van a tener un personaje en común, llamado el profesor “Trucosky”. Estos son mis proyectos inmediatos, pero en lista de espera lo que tengo da susto.

E.V.- Si tuvieras millones de Euros, ¿Qué harías con ellos?

A.I.- Construiría circuitos de chapa y cometas. Compraría un edificio para hacer todas las chaladuras que se me ocurrieran. Pondría un circo de pulgas. En la primera planta pondría a los adiestradores de pulgas, en la segunda a los constructores de materiales del circo, etc. Y el festival de magia JAJEJIJOJU con millones…..pues imagínate Aunque el festival este año va a ser difícil de superar. Vamos a traer al actual campeón del mundo de magia.

E.V. - ¿Cómo fue lo de trabajar con tu hermano Pachi?

A.I. – Mi hermano y yo dibujábamos cada uno por su lado. Yo me acerque a Barcelona a ver a un amigo y éste me convenció para llevar páginas nuestras para la revista El Jueves. Al director que había entonces, Jim, le gustó el trabajo de ambos pero solo tenía una página libre. Así que pensamos que o nos combatíamos en duelo por la página o la compartíamos como buenos hermanos…..Nos combatimos en duelo y empatamos, así que no tuvimos mas remedio que trabajar juntos.

E.V. - ¿Te consideras un artista?

A.I. – Vamos a ver, el arte es que ha cambiado mucho. En el arte contemporáneo no se busca la belleza, nada más se busca hacer algo más raro que otro. A esos yo no los considero artistas. Hay muchos que quieren vivir del arte, sin tener ningún tipo de habilidad. Yo me considero un tío curioso por el arte y muy inquieto por hacer cosas. También me parece un artista cualquier persona que no haga nada. El saber vivir bien y aprovechar el tiempo me parece cosa de artista.

E.V. - ¿Qué tipo de dibujos haces?

A.I. – Pinto cosas figurativas y casi siempre hay figuras humanas en todo lo que hago. A mis pinturas siempre intento darle un toque humorístico, tanto a la figura como a la temática. Incluso, cuando pinto intento que las figuras tengan algo de caricatura. Por que aunque yo he hecho muchos retratos, no me parece menos meritorio una pintura humorística. Es una elección que he hecho, no es que esté limitado a eso. De hecho algunos pintores me han dicho que no saben hacer caricaturas.

E.V. - ¿Qué entiendes por humor?

A.I. – Hombre, eso depende de cada uno. Yo te podría hablar de lo que a mi me resulta humorístico, o del humor que yo quiero hacer. Aunque lo mejor es remitirse a la frase de Mingote que dice: Humor es no tenerle miedo a pensar. Para mi el humor no es, que yo te cuente un chiste te haga gracia y te rías. (Bueno, depende del chiste). Yo creo que el humor es ver la realidad de distinta forma a como aparece ante los ojos. Poniendo un ejemplo filosófico podríamos decir que te encuentras con un problema muy gordo que no puedes solucionar, a lo mejor si lo ves desde el punto de vista del humor, encontrarás que hay salidas a ese callejón y aunque tengas que dar un rodeo llegas a salir y después verás que cosas no tienen una sola dirección si no que hay infinitas variantes. Eso se consigue siendo inteligente o teniendo una visión humorística de las cosas o bien ambas cosas.

E.V. – No hace mucho pude ver una pequeña exposición de pinturas tuyas en una librería. La temática era sobre los payasos. Había payasos muy antiguos y no muy conocidos. También he visto dibujos tuyos sobre magos de todas las épocas y pocos conocidos al público en general. ¿Qué te lleva a querer dar a conocer a estos personajes?

A.I. – Las pinturas de la que me hablas corresponden a circunstancias concretas. Los magos fueron pintados para un congreso de magia, en el cual yo estaba en la organización. Y pensé que, a lo mejor, a los visitantes les gustaría ver a sus ídolos caricaturizados. Y los payasos fueron por algo parecido. Pero ya te digo que me siento más a gusto, en vez de pintar a los Beatles, pintar a un tío que en lo suyo fue un genio, pero que nada más conocen sus colegas. Me gusta que la gente los conozca.

E.V. - ¿Cuál es el mago más antiguo del que se tiene constancia?

A.I. – Pues el primero del que hay documentos escritos se llamaba Dedi y era egipcio. Hay una inscripción egipcia que cuenta que este mago fue a un faraón a hacerle un truco que consistía en decapitar a una oca y luego la unía otra vez y la oca salía andando.

E.V. - ¿Es difícil inventar un chiste cada día para los periódicos?

A.I. – Bueno, a mi me parece mas difícil arreglar una tubería por ejemplo. Pero lo mejor de pintar en os periódicos es que si alguien, tipo Bush, hace una burrada. Tu puedes desahogarte en un chiste, y que la gente que lo lea se sienta identificada contigo está bien. Por otra parte a veces es un trabajo estresante.

E.V. – Dime un dibujante que te guste especialmente.

A.I. – Morris, sin duda. Sus dibujos son para estudiarlos viñeta a viñeta. A menudo te encuentras dibujos que no sabes quién los ha dibujado. Pero con Morris no. Él es original y su trazo es suelto e imperfecto y eso hace que para mi sea perfecto.

E.V. - ¿Coleccionas o guardas algunos comics de tus dibujantes preferidos?

A.I. – No. Nada de nada. No tengo ni los míos siquiera.

FIN


miércoles, 24 de octubre de 2007

Entrevista a Pepe Viyuela


Hace algún tiempo y con motivo del festival de magia Jajejijoju de Málaga, Adriano Díaz y un servidor tuvimos la ocasión de entrevistar a Pepe Viyuela. Aquí os dejo el post con la entrevista. Lástima que no pueda poner las fotos que hicimos durante la entrevista por que las perdimos al estropearse la tarjeta de memoria de la cámara. En fin, espero que descubráis mas cosas sobre esta sensacional persona.

Pepe Viyuela es mucho más que la cara siempre risueña que vemos en sus actuaciones, nos reserva muchos secretos más allá de sus fingidas torpezas y sus bromas ante la cámara. Polifacético actor, humorista y payaso, algunos quizás no logréis asociar su nombre, sin embargo todos hemos visto alguna vez, ya sea en televisión o en la gran pantalla, su gran sonrisa que sabe mostrar incluso en las situaciones más catastróficas. Con una larga carrera de apariciones en varios medios, iniciada en el ya mítico Un, dos, tres… en un combate campal contra una silla plegable, todavía sigue apareciendo en series actuales de bastante audiencia como Aída.

Tiene ya varias películas en su carrera y, dentro de nuestro star system español, siempre ha sido considerado como un secundario humorístico de lujo. No en vano, es protagonista de La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón, una producción que despertó un mucho interés nacional y con grandes expectativas (y capitales) de por medio. Pero no por esa clave de humor, presente en sus interpretaciones, hay que encasillar a Pepe Viyuela, puesto que su carrera como payaso es quizás, la más desconocida por el gran público. Y es en este primer acercamiento cuando uno se da cuenta de que su talento y profesionalidad no se utilizan solamente con fines comerciales, porque Pepe Viyuela, es una persona con fuertes convicciones sociales que no duda en proyectar hacia los demás y se pueden atisbar con su afiliación a Payasos sin Fronteras (ONG de la que fue presidente). Pepe Viyuela también ha publicado un libro en el 2003, llamado Bestiario del Circo y ha participado recientemente en el corto de Javier Fesser: La Cabina.

¿Cómo empezaste en esto del humor?

Empecé estudiando arte dramático y cuando salí de la escuela, me ocurrió lo que le pasa a todo el mundo al terminar los estudios, traté de buscar trabajo. Estaba la cosa muy complicada y en cine no había forma de meter la cabeza, entonces había que hacer algo que te permitiera ser independiente, que no estuvieras esperando que te llamaran, entonces empecé a pensar en el humor y en trabajar solo. Encontré la vía más adecuada para mí, empecé trabajando sin palabras, más adelante la expresión verbal se ha ido incorporando con el paso del tiempo, pero comencé sin palabras y con objetos. Poco a poco, con la experiencia, fui aprendiendo y ahora se ha convertido en lo que más me gusta hacer.

Tienes cuatro facetas diferenciadas, actor de TV, de cine, de teatro y humorista, ¿cuál de ellas prefieres? ¿Por qué?

Si me dieran a elegir mis cuatro facetas elegiría la del payaso, el humor es lo que más me satisface y me llena, en lo que más libre me siento. Me lo paso muy bien moviéndome, y no solamente yo, el ser humano y todos los animales necesitan el movimiento como algo positivo, y lo que ello provoca, energía, algo de lo cual sacas muchas ideas. Ahora tengo poco tiempo para hacer ejercicio físico, correr, jugar, solo por el placer de moverme.

El factor libertad que me da mi carrera de payaso no me lo da la televisión, que es un medio más amplio y que hay muchas manos entrando ahí. Haciendo el trabajo de payaso me siento dueño de todo, en las otras profesiones no lo soy tanto, pero tengo mi parcela y la encajo lo mejor posible. Siendo payaso yo lo escribo, yo lo interpreto, no necesito nada más, soy más libre.

Has trabajado con prestigiosos directores como Medem o Fesser, ¿con cuál de todos tus compañeros de rodaje o directores has entablado mejor relación?

La primera persona que me viene a la cabeza es Fesser. Con Javier he tenido una buena relación a parte de la profesional, que sin ser ni muy intensa, ni muy larga, me interesa mucho. Es una persona con la que comparto inquietudes, ideología, la forma de entender el trabajo y le tengo un cariño muy grande. Desde luego, es el director con el cual mejor relación tengo después de la película, no es que con los otros sea mala, pero la de Javier se ha proyectado un poco más.

¿Tienes alguna manera especial de idear tus chistes? ¿Cómo se te ocurren las ideas?

Yo nunca empiezo escribiendo, empiezo moviéndome. Hay una línea maestra en el trabajo que hago y es la de dejarme sorprender por lo que pasa, que es algo que he aprendido de los niños, para ellos, todo es nuevo. Podrían estar horas jugando con unas piedrecillas, con la arena o con el teclado de un teléfono móvil, porque todo es nuevo, todo es una experiencia, incluso tirando algo al suelo y volviéndolo a recoger, volviéndolo a tirar, viendo como rebota… Es una fuente inagotable de inspiración y recursos, porque cuando te olvidas de la utilidad de las cosas, todo empieza a servir para lo que quieras, con lo cual, tú mismo comienzas a divertirte. ¡Pero bueno!, de repente, éste trozo de papel se convierte en un pájaro o se convierte en una alfombra mágica en la cual me puedo montar o es mi enemigo que se quiere escapar… El objeto más cotidiano y más simple se transforma en una fuente inagotable, eso estimula la capacidad de sorprendernos. Es dónde yo creo que tengo el motor para idear, pero no me pongo a escribir, me pongo a jugar con el objeto, o a manipularlo, a darle vueltas… Me dejo sugerir por él, que me hable y me diga: «pues mira, si me has dado la vuelta, puedo ser una u otra cosa». Por ejemplo, una fregona puede ser una espada y, si metes el pié en el cubo, te das cuenta de que estás cojo y eres un pirata, la fregona pasa a ser una flauta, el cubo un sombrero, entonces te fijas en el escurridor… Los objetos te están hablando, solamente tienes que escucharles y dejarte llevar, como hacen los niños cuando juegan. Esto, para los niños (y Pepe agarra un inocente cenicero que hay en la mesa), es un coche, un platillo volante, (y entonces agarra un posavasos) se convierte en dos, ya son unas raquetas. Ellos son capaces de imaginar y el objeto más ambiguo es el que más les gusta, les regalas el juguete más maravilloso y se quedan con la caja, el envoltorio y la bolsa, que ha sido lo que más les ha gustado. De ahí, si lo niños pueden hacer eso, yo también debería poder volver a ser niño y recuperar la capacidad de jugar. Con el paso de los años es una capacidad que perdemos, premeditamos mejor, vemos solo una utilidad a un objeto, cuando puede servir para mil cosas más.

Actualmente los videojuegos te lo dan todo hecho, únicamente manipulas los botones, toda la ilusión te la están robando a través de la pantalla, te están rellenando la mente con unas imágenes que han creado ya, con una historia que ya han escrito, ellos no te dejan a ti ser el creador de esa historia, tú antes jugabas con algo y creabas tu propia fantasía. En el videojuego eres tú, dentro de la historia de otros, que la han escrito para todos igual, vives la misma historia que viven tus compañeros. Hay que pasar una pantalla de una determinada manera y, si no es así, no te la pasas, con lo cual ya te están escribiendo el guión, no creo que sea nada creativo. Es algo que acaba con la imaginación y, por mucha defensa que se haga de ello, yo no me canso de decirlo. Tengo un hijo de dieciséis años y veo que su capacidad creativa se anula absolutamente con ese aparato monstruoso. Creo que es una forma de arrasar la imaginación, aunque cada vez sean gráficos más maravillosos y te digan «¡es que parece imagen real!». ¿Y qué gracia tiene que sea imagen real? Para mí, puede ser más estimulante una imagen abstracta, una imagen dónde yo pueda decir lo que veo. Técnicamente, los videojuegos, son muy perfectos pero, desde el punto de vista creativo, a mí no me aporta nada. Nunca hay que perder la capacidad de jugar como los niños.

Cuando sales al escenario hoy día, ¿temes todavía si harás reír a la audiencia, o ya se te han pasado esos miedos?

Sí, siempre temo no conectar con la gente que me esté viendo, que no funcione lo que estás haciendo, tanto como si es nuevo como si es viejo, ya que por mucho que hayas probado un sketch, un gag, un juego, siempre es diferente. El público es distinto, el día es diferente, la situación, el aire que respiras, todo es nuevo, entonces, el nerviosismo se convierte en un aliciente, es un estímulo. El sentirte estresado, de alguna manera, tiene un punto positivo, lo malo es abusar de él. Si sales al escenario sin ganas, creo que no merece la pena dedicarse a eso, todo hay que hacerlo con entusiasmo, con pasión, y más este tipo de trabajo. Yo me lo intento tomar como algo que me enriquezca y me siento muy afortunado, pero al mismo tiempo, siempre tienes miedo de que no funcione, de que ese día no estés a la altura de hablar con el público, que es, a fin de cuentas, de lo que se trata, dialogar.

La rutina no existe, actúas un día en medio de la calle, otro día en un escenario de un bar, otro día en un teatro con un acto de tipo muy serio o en un patio de un colegio delante de niños que están despendolaos… Cada día hay una química diferente: la hora, la luz que haya, cómo te has levantado… Es todo muy mágico, yo creo que todo eso se transmite, puede que la gente no sepa exactamente definir qué es lo que está notando, pero sabe decir si estás incómodo, es algo que está vivo. En el toreo se dice mucho: ¡qué buena faena has hecho hoy!, o ¡qué mal has estado esta tarde!

¿Te trata bien tu público o te agobia demasiado la fama? ¿Qué es lo que te ha llamado más la atención de esta vida en los medios?

La popularidad por la popularidad no tiene ningún valor, que la gente te reconozca por la calle no tiene ningún valor, vale más que te conozcan por algo que esté bien, un trabajo bien hecho, mi trabajo de payaso. En televisión considero que lo que estoy haciendo está bien, me gusta mucho el papel, me gusta mucho la serie, pero evidentemente no es algo mío, es algo en lo que yo participo y no soy dueño absoluto, al contrario de cuando hago mis sketchs. Yo juego, hago, deshago, monto, desmonto… En lo otro soy un participante más.

Cuanto más sales en televisión, más te reconocen. No me gusta, es incómodo, la gente puede ser muy simpática, pero yo creo que es mejor pasar desapercibido. Hace tiempo leía una entrevista que le hacían a Amenábar y decía que antes podía mirar sin ser visto, y ahora, con tanta popularidad y fama como tiene, le iba a resultar más difícil pasar desapercibido y poder mirar. Uno cuando se siente observado no se siente igual.

En tu casa, con tus amigos, en un plano más personal, ¿te gusta andar también de broma, o es una actitud meramente profesional?

No pretendo ir de ninguna manera, ni de serio, ni de gracioso, simplemente me gusta estar cómodo. Con los amigos hay que estar así, a esa comodidad se llega charlando temas más personales, más íntimos, tantos de ellos como míos, y otras veces con la frivolidad más tonta, con las bromas. Creo que lo importante de los amigos es sentirse cómodo y cuando tienes que ponerte a llorar porque tienes un problema, o tienes que escucharle a él los problemas que tiene, eso es lo que te hace sentirte cómodo, lo que te hace sentirte amigo, cercano. Cuando lo que prima es estar distendido, eso es lo que toca. Lo bueno no es premeditar, sino estar, estar cómodo. Tomándonos una cerveza o cuando pasa mucho tiempo sin vernos y nos encontramos de casualidad en la calle. La comodidad es lo primordial, no estar siempre riendo o dando la paliza con tus problemas.

¿Qué te llevó a Payasos sin Fronteras? ¿Te gusta implicarte en actividades sociales?

Lo de Payasos sin Fronteras, me enteré que existía por medio de un folleto y me interesó precisamente porque era una idea muy loca, a primera vista imposible, es decir, irse a un lugar en conflicto a hacer reír. Por eso me interesó y me acerqué.

Una vez que empecé a tomar contacto, me fui implicando cada vez más, como proyecto loco. La primera vez fui a Kosovo y quería ver, no podía creerme que aquello pudiera tener sentido, y cuando estuve allí, me di cuenta del valor que tenía, precisamente porque funcionaba, con pruebas absolutamente intangibles, no te puedes traer el resultado de cuando un proyecto de Payasos sin Fronteras funciona, hay otras ONG’s que tienen estadísticas, cuántas vacunas han puesto, a cuántos niños han dado de comer, cuántos pozos han saneado… Pero nosotros, cuando volvemos de un proyecto, no podemos contar más que las imágenes que nos han quedado en la retina y cómo mucho de lo que hayamos podido grabar con una cámara y lo que puedes ver de la gente al reír. Es algo intangible que, por otra parte no sabes el valor que tiene. ¿Cuánto vale la risa de un niño que hace tiempo que no reía?,¿cuánto vale la huella positiva que queda en la mente de esas personas al comprobar que el ser humano es capaz de matar, pero también de hacer reír? El ser humano ya sabéis que es capaz de lo mejor y de lo peor. A través de Payasos sin Fronteras lo que se intenta es, no hacer olvidar el horror que se ha estado viviendo sino, mostrar que, a pesar de ese horror, se puede seguir viviendo con eso, pero también porque somos capaces de crear un mundo muchísimo más humano, más positivo y que alumbra la esperanza.

Lo hago por convicción yo creo que cuando vives en un mundo no puedes estar fuera de él, por mucho que mires a otro lado, los problemas van a seguir existiendo, así que, yo vivo en este mundo y quiero entender además que los problemas que se viven en Palestina, en Irak, o el hambre de Argel, son mis problemas también. El hecho de que haya un mar de por medio o unos determinados kilómetros no significa que ese problema deje de se nuestro. Como ciudadano tengo asumir mi parte de responsabilidad de que la cosa sea así, aunque evidentemente no tengo tanta como puedan tener los que ostentan el poder, pero tengo mi parcela de responsabilidad y no puedo dejar que lo solucionen los políticos, yo me siento implicado y ¿qué se hacer?, ¿hacer reír?, pues lo pongo al servicio de esto y, sin ningún ánimo mesiánico ni salvador de nada, pienso que cada uno, desde su sitio, puede hacer muchas cosas, muchas más de lo que cree. Deberíamos todos colaborar.

He visitado muchos sitios, Kosovo, Palestina, Bagdad… En el 2003 estuve en Bagdad, justamente cuando se dio por terminado el conflicto, que no ha terminado realmente, pero cuando terminó la invasión estadounidense. Y me he dado cuenta que la gente está acostumbrada a mirar a otro lado, es lo más fácil, hemos aprendido a desvincularnos. La educación no nos ha llevado a sentirnos miembros de una sociedad. Vivimos la realidad a través de las imágenes de la televisión, vivimos con las imágenes del hambre, de los bombardeos, de las guerras que se retransmiten por televisión, y esa aparente cercanía yo creo que no es real. Estamos viendo que está muy lejos y te hace sentir que no va contigo, pero cuando ocurre algo como el once de Marzo en Madrid, de pronto dices «este problema es mío», pero antes deberíamos habernos dado cuenta, no simplemente porque pueda llegar a desencadenarse un conflicto internacional, que también puede ocurrir, sino por que esa gente que está al otro lado del Mediterráneo, ya sea en Palestina o en Irak, en cualquier parte de África, va en el mismo barco que nosotros. Cuando viajas a esos sitios y los conoces, te das cuenta de que hay mucho más que te ata a ellos de lo que pueda parecer que te separa. Estos viajes, la gran lección que me han aportado es precisamente, la de decirme a mí mismo que tengo los mismos problemas que ellos tienen, el problema que vive Palestina es el mío, el problema de los territorios del Sahara es mío, el problema con las grandes empresas y el efecto invernadero también es mi problema. Son problemas de todos y no es correcto pensar que mi único problema es conseguir un buen trabajo, llegar a fin de mes, tener un buen coche, un buen móvil y pagar una hipoteca. Terminas por meterte en esa dinámica de concentrarte en tus problemas y llegar a tu casa, olvidarte de todo y ver una comedia, para olvidar lo mal que lo he pasado durante el día o lo poco que gano. Cuando consiguen aislarnos y dejamos de ser ciudadanos para convertirnos en meros consumidores de todas esas cosas que de verdad no necesitamos, han ganado la partida. Ya no nos implicamos política ni socialmente con nada, sino que creemos que tenemos suficientes problemas como para preocuparnos de si un ejército va a atacar un país o si hay gente que está pasando hambre. Todo está relacionado y entender que esto no es una isla y que hay que solucionar los problemas, a mí me parece que es la gran baza que tiene que ganar este mundo capitalista.

Género favorito de cine ¿Qué película es tu favorita?

Tampoco soy un cinéfilo absoluto. Actualmente me gusta mucho ver documentales. Quizás por ser un género escaso de medios y que tiene que esforzarse mucho en el contenido, ha acabado interesándome mucho. Probablemente es lo que más me gusta ver en este momento.

Invierno en Bagdad ha sido el último documental que he visto, me ha llamado la atención el tratamiento del tema, no es un cine puramente informativo, sino que hay dentro un alto grado de poesía en lo que está contando. La forma de tratar los testimonios y la realidad, de qué forma lo cuenta, no es meramente un panfleto, no lo considero un panfleto. Aquí se muestra la información de un modo creativo, al mismo tiempo estás observando a través de los ojos del director una realidad cercana, aunque obviamente también manipulada, porque en el arte también hay manipulación, pero es una manipulación que yo comparto más.

Otra película que me ha llamado la atención, es un conjunto de cinco documentales (Binta y la Gran Idea), en los cuales participa Javier Fesser. Lo que ocurre es que Fesser ha hecho un corto que no es exactamente un documental, pero que tiene una forma de utilizar el cine para contar historias con una carga social fuerte, pero con más humor y espontaneidad.

Hay películas de ficción que están llenas de otras cosas, como el cine de Tati (Jacques Tatischeff), Mi tío, Las vacaciones de Monsieur Hulot o Un día de fiesta, son películas que tienen poesía, tienen humor, hechas con mucha inteligencia, mucha calma, con una forma de entender el cine no puramente comercial y ese es el tipo de cine que a mi me atrae, un cine de autor donde él dirige, escribe e interpreta, además magníficamente bien, se nota que no está preso del mercado, es un cine libre, todo lo que tenga que ver con ese tipo de cine me gusta.

Un país.

Me atraen mucho los países árabes. Creo que más que por lo que pueda encontrar en cuanto a paisajes, por el conocimiento que me puede aportar experimentar otra forma de vida. Tengo una fijación especial por Palestina, creo que, a parte de la situación política que ha sufrido, también por lo que supone en el contexto histórico. Ha sido cruce de religiones y de culturas, una tierra de encuentro, confluencia y desencuentro.

Comida favorita.

(Risas) De todo, si pudiera escoger me quedaría con las legumbres y la fabada.

FIN.

La entrevista fue realizada en el hotel Málaga Palacio, donde se hospedaba, a finales del año 2005. A dia de hoy cabe destacar en la vida de Pepe que acaba de ganar el Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro, convocado por el Centro de Poesía José Hierro y el Ayuntamiento de Getafe. Y también el próximo estreno de la segunda parte de Mortadelo y Filemón.

lunes, 8 de octubre de 2007

Dampyr, medio hombre medio vampiro


Lo primero es decir que no soy fan del género vampírico. Me parece un tema bastante trillado. Han aparecido en el cine, novelas, comics, teatros, etc y se ha reinventado cada vez y en muy pocas ocasiones me han sorprendido.

Este género en cuestión solo me ha sorprendido en dos ocasiones y han sido en comics. El primero fue en la edición "Grandes comics de aventuras" de Editorial Gaviota. El título de la obra era "Los diablos del frente del este." Disfruté bastante leyendo este cómic. Y al cabo de los años cuando había perdido toda esperanza, compré el número 3 de Dampyr (de Aleta Ediciones) con el título de Fantasmas de arena.

El guión me cautivó al momento y el dibujo me pareció sensacional. Desde entonces he ido comprando todos los números y ninguno me ha defraudado. Pero en el número 16 fue donde la serie Dampyr rizó el rizo, para mi gusto.
Os sitúo. Delta del Mississippi, Blues y la aparición de la leyenda del Blues Robert Johnson. Me encanta el Blues y el de Robert Johnson es de los mejores, con el acompañamiento solo de su guitarra consigue hacer que se te pongan los pelos de punta.
Ver como han introducido algunas de sus canciones en la historia es una gozada, por que conforme voy leyendo en mi cabeza va resonando la canción. De esta manera creo que me siento casi al 100% de lo que los autores del cómic han pretendido transmitir en esta historia.

Una última nota, si R. Johnson siguiera vivo, probablemente hubiera "retocado" sus canciones tal y como lo ha hecho el genial Eric Clapton en el cd Me and Mr. Johnson.